Para este trabajo nos hemos propuesto detener el movimiento como en una fotografía, y mostrar, como en un corte, el momento de una percepción muy intensa del sujeto irruptor ( S ), seleccionando para ello un instante del primer encuentro con s con lo que hemos dado por llamar objeto predominante, es decir, cuando ambos se reúnen, muy próximos entre sí, en las inmediaciones del punto D —por un desplazamiento del objeto predominante ( OP ) hacia s, a lo largo del segmento de recta imaginario DE, partiendo del punto E y moviéndose a lo largo de prácticamente todo el segmento.

Mario Levrero / Irrupciones

I

Voltear los ojos, como un disparo en cada ruta, detenerlos otra vez y otro giro, otro disparo, la visión es continua, otro asombro en la mirada que detiene la imagen y la hace perdurar como un recuerdo, la fotografía es eso, la actualidad de una potencialidad continua que se vuelve presencia inalterable, toma la vuelta de lo otro y otra vez, otra toma. Nadie pregunta si las palabras se detienen solo para perdurar en la siguiente idea, que si no pararan serían una voz interminable, una larga letanía sin fin. Que si el registro maquinal continuara, que si el registro visual continuara...

II

Imaginemos el segmento imaginario DE y la continuidad de registros OP en la acción continua de S., el sujeto irruptor crea una ruta que desenvuelve o expande o paisajea el punto D que ahora parece como un fantasma continuo donde el plano del tiempo se integra al espacio. El sujeto irruptor puede terminar su acción y el objeto predominante se extiende como una lámina, como un friso, como una greca.

III

Ahora pensemos que S irrumpe el objeto predominante, lo divide en textos e imágenes instantáneas que empiezan a recorrer el interior de la pieza mostrando elementos que crecen y se extienden de manera lineal totémica quebrando el horizonte externo. Sí, los elementos sitiados por el paisaje contenedor ahora se detienen; es el tiempo el que impera como un testigo que se llena e integra sus límites. Sin duda estamos en otra narración que cuenta el adentro del afuera.

IV

En ese adentro los sujetos transmisores, trasmitidos, transmitales (STTT) producen otra parte de lo que llamaré una cartografía de las formas aleatorias dadas en el segmento poli auroral (SPA) que sin duda es un elemento activo que dialoga con el segmento aleatorio (SA) de S. Yo he propuesto que pongan marcajes ciertos pero innecesarios para que se entienda que no es una locura de la que hablo...

V

S, que ha dejado de ser irruptora para ser constructora firmante (CF), en el SA que le corresponde se llena de una producción distraída (PD), -así le llama ella citando a Loreto- y tal vez descubre un refugio donde el registro testimonial le permite ver el espacio y su historia (la historia del espacio y ella en la historia). Los objetos encontrados giran enlazando sus voces documentales con las dadas en el segmento STTT. Parecerían como dos nubes que dialogan para detener la luz o para dejar que pase.

VI

Yo insisto en que pongan marcajes para que, el que no sepa que es la plancha, ni la antigua estación de trenes, ni la escuela superior de artes de Yucatán ni las obsesivas pero inteligentes manías de Bárcenas, pueda, sin embargo, entender con extrañas señales, las cartografías de un universo de memorias y prácticas utópicas y distópicas que se expanden diversas, como una poética documental que solo quedó en el futuro (este), en este momento que llega con los roces obvios, íntimos pero privados, de un juego laberinto con múltiples OP.

Humberto Chávez Mayol Áncora, Mérida
Otoño 2022