un viaje por el metro imaginario del arte y su filosofía
En ocasiones una falta de habilidad o poco talento, nos lleva a desarrollar una nueva habilidad que nos permite contrarrestar alguna deficiencia. Siendo una persona absolutamente desorientada, los mapas de las ciudades y las rutas de los transportes han sido una herramienta indispensable para mi supervivencia. Aprendí a leer los mapas con gran destreza y, antes del Waze y el Google Maps, la Guía Roji era mi libro de cabecera. Sin ella, literalmente hubiese estado, por completo, perdida.
En el 2003 hice una residencia artística en Venecia, viví ahí por tres meses y en todo ese tiempo nunca pude aprenderme el camino desde la escuela donde estaban los talleres a los dormitorios. Había que cruzar media isla y durante los meses que viví ahí, cargué con mi mapa en la bolsa, sabiendo que lo iba a tener que consultar tres o cuatro veces al día. En una ocasión, un par de artistas españoles que estaban también de residentes y yo, hicimos una acción privada a la que llamamos "Rutas aleatorias y casualidad (que no es causalidad)". Los tres partimos de la escuela sin rumbo fijo y sin mapas; la idea era caminar durante dos horas y ver cuántas veces nos topábamos casualmente unos con otros, en cada encuentro tomaríamos una foto tipo turista (había que pedirle a alguien que nos tomara una foto posando en el lugar del encuentro) y al final compararíamos las fotos obtenidas. Ellos regresaron con 4 fotos correspondientes a sus 4 encuentros aleatroios, en tanto yo, acabé en el otro extremo de la isla, nunca me topé con ninguno de los dos, y cuatro horas después pude regresar a la escuela gracias a que un turista me regaló su mapa.
De todas estas ideas y experiencias nació este ejercicio, que sugiere un juego de imaginación a través de este mapa para TransportArte por el mundo del arte y su filosofía.
El juego es simple, al igual que sucede con el metro en nuestra ciudad, algunos de los nombres de las estaciones hacen todo el sentido, tienen una referencia clara entre el lugar y su simbología, pero otras parecen arbitrarias y el símbolo, en algunas, es indescifrable. Asimismo, en estas estaciones, algunas hacen todo el sentido, mientras otras, resultan ser el producto de cierta aleatoriedad de la geografía teórica.
De igual forma, sucede con las rutas que debemos de tomar para llegar de un lado a otro, por ejemplo, para ir a Ciudad Universitaria desde Observatorio, hay que partir de la estación Observatorio, desviarnos hasta el centro de la ciudad (Balderas) y de ahí transbordar a la línea verde para llegar a Universidad. En términos de distancia, no es la ruta más lógica, ni la más corta, pero es la mejor, o quizá, la única.
Lo mismo sucede en este juego: para ir de Aristóteles a Lacan, debemos transbordar en Hegel, pasar por lo Sublime, hacer otro transbordo en Duchamp para que, a través de Lyotard y Ranciere, podamos llegar a Lacan.
Así, este mapa tiene la intención de inventar rutas que hagan o no sentido; pues para jugar con las ideas del arte, entendidas desde la filosofía, hay que entender que no hay cronología ni lógica ordenada.
Me quedé con ganas de seguir haciendo rutas, otros mapas, más específicos, e incluso, me queda en el tintero crear una ruta imaginaria y convertirla en real, por ejemplo, un día subirme al metro y bajarme en cada estación que seleccioné y en los edificios aledaños colocar frases de los pensadores o imágenes de los artistas que corresponden en mi mapa. Pero eso es una acción, casi un performance y además de desorientada, sufro de pánico escénico.
Los invito entonces, a que jueguen con este mapa de un metro imaginario y les dejo algunas de las rutas que yo me imaginé...
¿Cómo llegar de Teresa Margolles a la Poética?
¿Cuantos transbordos hacen falta para ir del Cubismo hasta Greenaway? ¿Cuántas rutas hay para ir de Francis Bacon a la Forma?
¿Porqué si la experiencia está tan cerca de Dewey hace falta dar tanta vuelta?
Entonces... ¿qué te pareció?
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