Sombras, figuras y misterios

en la fotografía de Misha Gordin

Gabriela Galindo

Octubre, 2020

A finales del pasado mes de julio murió uno de los fotógrafos que más me han conmovido por su intensidad y belleza. Se trata de Misha Gordin, nacido en 1946 en Riga, capital de Latvia, que estaba entonces bajo la ocupación soviética. Su familia, después de sufrir los estragos brutales de la Segunda Guerra, logró adaptarse y sobrevivir dentro de la nueva economía y cultura soviéticas. Misha se graduó como ingeniero aeronáutico, pero nunca ejerció su profesión. Su introducción al mundo de la imagen inicia cuando se une a la compañía cinematográfica, Riga Motion Studios, como diseñador de equipos para efectos especiales. Admirador de Dostoievski y Tarkovski, desde muy joven descubre en la fotografía el camino para la expresión de sus inquietudes y sentimientos.

 

En 1972, Gordin produce una de sus obras determinantes, Confesión, imagen que le dará la pauta de lo que posteriormente definiría el carácter conceptual de sus fotografías. La imaginación de Gordin rebasa los esquemas de lo natural y transforma situaciones cotidianas en escenarios casi oníricos, llenos de significados y simbolismos. Cuenta que esta pieza, la imaginó un día que se encontraba sentado afuera de la casa de su padre junto al mar y vio pasar al jardinero arrastrando una carretilla llena de escombros, poco más tarde vio pasar a un niño con un tambor. Estas dos imágenes desencadenan en el extraordinario imaginario de Gordin, la visión de un campo abierto con una mujer desnuda empujando contra el fuerte viento, una carretilla llena de muñecas rotas y un hombre que la acompaña con un gran tambor.

 

Era un día soleado con un cielo azul claro y sin viento. Acomodé todos los elementos frente a mi cámara para que se parecieran a mi dibujo inicial, pero no se veía como esperaba. Algo faltaba. Entonces, de repente, una nube oscura y solitaria emergió del horizonte. Una ráfaga de viento levantó el cabello de la mujer. El hombre golpeó el tambor. La escena frente a mí cobró vida. Hice varias tomas. El viento cesó repentinamente, la nube pasó y el cielo azul claro permaneció sobre mí por el resto del día ...
A veces pienso que esa afortunada ráfaga de viento cambió la dirección de mi vida.

El trabajo reflexivo de Gordin implicaba un laborioso proceso de producción, desde el concepto que esbozaba con profundo detalle antes de iniciar, hasta el logro de la imagen final. Partía de una idea que acompañaba con bocetos y dibujos, de ahí, la recolección y estudio de los materiales, el montaje de los componentes y los disparos de cámara, seguidos por la meticulosa labor en el cuarto oscuro. Ensambló siempre sus imágenes en el cuarto oscuro tradicional, utilizando la técnica de enmascaramiento desarrollada y perfeccionada por él a lo largo de los años.


Todas mis imágenes son ensambladas en un cuarto oscuro tradicional usando una técnica de enmascaramiento. Antes de imprimir el original, hago pruebas y ajustes para cada negativo que se va a imprimir. Luego viene la etapa de "secado" de impresión. Esta parte es la más implacable. Proyecto meticulosamente cada negativo tras otro, cambiando constantemente la precisión de las máscaras, hasta el último negativo que utilizo. Esta parte tiene que ver con la disciplina y tiene muy poco que ver con el arte.Lamentablemente la técnica que yo estoy usando no tiene margen para errores. Se requiere una completa concentración y puede ser muy agotador física y mentalmente.

Sus fotografías reflejan un trabajo artesanal, en cada pieza dedicaba semanas o incluso meses, para alcanzar el resultado que deseaba. Sus imágenes son todo menos convencionales, por momentos no se puede definir si son montajes, retoques o recreaciones. Paisajes casi fantásticos donde siempre hay cuerpos, rostros, cabezas o grupos de personas; todas alineadas, agrupadas o delineadas geométricamente como si hubiesen sido trazadas con un fino pincel; en ocasiones, utiliza solamente una simple silueta o sombra, ya sea apenas sugerida o con diseños complejos meticulosamente construidos. Gordin crea paisajes con formas que resaltan, al tiempo que diluyen, lo humano de la figura.

 

Su inconformidad con las políticas soviéticas lo hicieron emigrar hacia los Estados Unidos en 1974. En ese mismo año, un grupo de artistas representantes del pop art soviético [1] se había manifestado al organizar una exposición abierta en un parque a las afueras de Moscú con obras que no se ajustaban al estilo del realismo socialista permitido por el gobierno. El acto se vio interrumpido con la entrada de cuerpos policiales y grandes bulldozers que arrasaron con la instalación y arremetieron en contra de los artistas y el público. Debido a la presencia de la prensa internacional y la presión que se ejerció en los medios a nivel mundial, las autoridades soviéticas tuvieron que permitir una nueva exposición, quince días después, en el bosque urbano de Izmailovo. Las cinco horas que duró la muestra de Izmailovo son conocidas en el mundo del arte como "el medio día de la libertad".

 

Si reconocemos esta parte de su historia personal, podemos entender que los temas de la transgresión y la oposición son patentes en su obra, aunque no sean evidentes. Hay algo de la estética del realismo soviético velado en el fondo de su trabajo, sobreponiendo encima de él un reclamo auténtico hacia la libertad.

 

La melancolía se respira en lo profundo en casi toda su obra, sus personajes transpiran el dolor que es inherente a la vida misma. Las fotografías de Misha Gordin duelen, pero al mismo tiempo fascinan por su exquisita belleza. Hay quien dice que en el arte contemporáneo se ha perdido el deleite de lo bello; yo aseguro que esto es un error, lo que sucede, es que nos aterra reconocer que encontramos belleza en el dolor, en lo terrorífico, en lo horroroso; nos espanta reconocer que podemos encontrar belleza incluso, en la perversión.

 

Una de sus series, que considero fascinante, es la titulada "Crowd" (multitud) en la que aparecen grupos de personas siempre alineadas y que, en su conjunto, representan diseños geométricos matemáticamente calculados; en su gama de negros, grises y blancos aborda la caracterización de lo humano en toda su extensión. Como el grupo de mujeres con sus rostros cubiertos por completo, excepto una, a la que apenas se le ven los ojos y nos mira sigilosamente; o los obreros que cargan apesadumbradamente grandes vigas de concreto y esa imagen con un grupo de hombres que se ven de espalda, todos amarrados y sujetos con cuerdas a manera de prisioneros de guerra.

 

Pero no todo es crudeza en sus imágenes, hay en ellas un delicado tono de esperanza, de introspección. Es como si en ellas se notara que, a pesar del gris, no deja de existir la luz. En la complejidad de sus diseños, lo que destaca es la simpleza, la pulcritud y la sencillez en la que se desborda la esencia de lo humano.

 

Las fotografías y datos de su vida y obra fueron tomados del sitio del artista: http://bsimple.com/ y de su perfil de Facebook: https://www.facebook.com/misha.gordin

Otros sitios consultados:
http://ndmagazine.net/photographer/misha-gordin/
https://www.thornwoodgallery.com/artist/misha-gordin


[1] Los artistas integrantes de esa muestra fueron: Eugenio Rutkin, Oscar Rabin, Oleg Tselkov, Eduard Steinberg, Nikolai Smoliakov, Igor Holin, Vladimir Bougrine, Eduard Drobitsky, Alex Zhdanov, Lidiva Masterkova, Vladimir Nemukin, Edouard Zelenine y los creadores de Sots Arte, Vitaly Komar y Alexander Malamid.

Sobre la AutorA

Gabriela Galindo: estudiosa del arte y la filosofía. Tiene la Maestría en Filosofía y actualmente está cursando el Doctorado en Filosofía en la UNAM. Cuenta con una especialidad en impresión gráfica y grabado por la Scuola Internazionale di Grafica di Venezia y con más de 50 artículos publicados sobre arte y filosofía. En 1995 fue una de las fundadoras de la Editorial Tule Multimedia, empresa pionera en la edición electrónica. Ha trabajado por más de veinte años en el campo del diseño editorial a través de la empresa de servicios editoriales TripleG: Arte y Diseño. Fue una de las fundadoras y colaboradora de la revista electrónica sobre artes visuales Réplica21. Actualmente es la fundadora y coordinadora editorial de El Rizo Robado.

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